Los 179 gobiernos participantes en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), celebrada en 1994, afirmaron el derecho de toda persona a la planificación de la familia, cuando los signatarios del Programa de Acción de la CIPD declararon: “el propósito de los programas de planificación de la familia debe ser permitir a las parejas y a las personas decidir de manera libre y responsable el número y el espaciamiento de sus hijos y obtener la información y los medios necesarios para hacerlo”. Esta afirmación marcó el comienzo de la transición del paradigma en que se basaban los gobiernos y las organizaciones internacionales al considerar las cuestiones atinentes a población y desarrollo.