Declaración
Llamamiento al cese de los ataques contra los servicios de salud en Ucrania
13 de marzo de 2022
Declaración
13 de marzo de 2022
Declaración de Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF; la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA; y el Dr. Tedros Adhanom Gebreyesus, Director General de la OMS
Hoy exigimos el cese inmediato de los ataques contra los servicios de salud en Ucrania. Estos horribles ataques provocan muertes y graves lesiones entre los pacientes y los trabajadores de la salud; destruyen infraestructuras de salud esenciales y obligan a miles de personas a abstenerse de utilizar estos servicios a pesar de necesitarlos desesperadamente.
Atacar a los más vulnerables (los bebés, los niños, las mujeres embarazadas y las personas que ya padecen enfermedades, así como los trabajadores de la salud que están arriesgando su propia vida para salvar la de los demás) es un acto de una crueldad inconcebible.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, se han documentado 31 ataques contra los servicios de atención de la salud a través del Sistema de Vigilancia de Ataques contra la Atención Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según estos informes, 24 incidentes han dañado o destruido establecimientos de salud, mientras que en cinco casos han dañado o destruido ambulancias. Como resultado de estos ataques, al menos 12 personas han muerto y 34 han resultado heridas, y el acceso y la disponibilidad de servicios de salud esenciales han resultado afectados. La OMS se está encargando de verificar otros informes a medida que se siguen registrando ataques, a pesar de los llamamientos a la protección de la atención de la salud.
Los ataques contra las instalaciones y los profesionales de la salud dificultan el acceso de la población a los servicios de salud esenciales, especialmente por parte de las mujeres, los niños y los grupos vulnerables. Ya hemos constatado el aumento de las necesidades en materia de salud de las mujeres embarazadas, las que acaban de dar a luz, los niños y las personas de edad que se encuentran en Ucrania, al tiempo que el acceso a los servicios está quedando gravemente restringido a causa de la violencia.
Por ejemplo, desde que comenzó la guerra en Ucrania han nacido 4.300 bebés, y se espera que 80.000 mujeres ucranianas den a luz en los próximos tres meses. Además, la disponibilidad de oxígeno y otros suministros médicos, incluidos los que se precisan para tratar las complicaciones del embarazo, es alarmantemente baja.
“Es evidente que el sistema de atención de la salud de Ucrania está sometido a una gran presión, y su colapso supondría una catástrofe. Debemos hacer todo lo posible para evitar que esto suceda.
Es imprescindible respetar el derecho internacional humanitario y las normas internacionales de derechos humanos. Asimismo, la protección de la población civil debe ser nuestra mayor prioridad.
Los aliados humanitarios y los trabajadores de la salud deben tener la posibilidad de mantener y fortalecer en condiciones de seguridad la prestación de los servicios de salud básicos, entre ellos la vacunación contra la COVID-19 y la poliomielitis, así como el suministro de medicamentos vitales para la población civil de Ucrania y los refugiados que están cruzando a los países vecinos. Los servicios de salud deberían estar disponibles sistemáticamente en los pasos fronterizos, especialmente la atención rápida y los procesos de derivación de pacientes dirigidos a los niños y a las mujeres embarazadas.
Es fundamental que los agentes humanitarios cuenten con un acceso seguro y sin impedimentos que les permita llegar a TODOS los civiles que lo necesiten, sin importar dónde estén. UNICEF, el UNFPA y la OMS están trabajando con sus aliados en la ampliación de la asistencia y los servicios esenciales a fin de cubrir las necesidades más apremiantes en materia de salud. Debemos tener la posibilidad de distribuir suministros médicos de emergencia (incluidos los que se precisan para la atención obstétrica y neonatal) a los centros de salud, las instalaciones temporales y los refugios subterráneos.
Los servicios y la atención de la salud deben estar protegidos de todos los actos de violencia y obstrucción. En mitad de la pandemia de COVID-19 actual, que ya ha sobrecargado los sistemas de salud y ha sometido a una gran presión a los trabajadores de la salud, estos ataques podrían resultar aún más devastadores para la población civil. Por el bien de los trabajadores de la salud y de todas las personas que se encuentran en Ucrania y necesitan obtener acceso a los servicios básicos que estos les pueden prestar, es necesario poner fin a los ataques contra los servicios de atención de la salud y otras infraestructuras civiles.
Por último, pedimos un alto al fuego inmediato que incluya un acceso sin obstáculos para que las personas en situación de necesidad puedan acceder a la asistencia humanitaria. Un acuerdo pacífico para poner fin a la guerra de Ucrania es posible.