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Las vidas de mujeres embarazadas y recién nacidos en peligro a medida que los hospitales del Sudán se quedan sin combustible
- 02 Junio 2023
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JARTUM (Sudán) – “Nos estamos quedando sin combustible. Si continúan los cortes de electricidad, no sabemos cómo podremos asistir a las mujeres embarazadas que den a luz de aquí a una semana”, explica Sarah, matrona en el hospital de Ombada, en la capital sudanesa, Jartum.
Mientras la lucha continúa en el Sudán, la escasez de combustible y los cortes de electricidad han obligado a muchos hospitales en Jartum y en el resto del país a suspender los servicios de urgencias obstétricas y neonatales. Incluso encontrar y transportar combustible a los establecimientos de salud conlleva un enorme peligro, dada la inseguridad extrema causada por los continuos tiroteos, saqueos y la destrucción de decenas de establecimientos sanitarios.
“Los generadores del hospital consumen un tonel de combustible cada tres horas cuando hay cortes de electricidad. Solo nos queda medio tonel. Necesitamos combustible urgentemente para poder seguir proporcionando cuidados fundamentales a las mujeres embarazadas”, nos indica el director general del hospital materno de Saudi en Jartum.
El hospital de Ombada y Saudi, ambos respaldados por el UNFPA, se encuentran entre los pocos que aún funcionan en el estado de Jartum. Han atendido a más de 250 mujeres al día desde el estallido del conflicto el 15 de abril y han llevado a cabo una media diaria de 54 operaciones. Los cortes de electricidad y la falta de combustible, sin embargo, ponen en riesgo la habilidad de los hospitales para continuar en funcionamiento.
Anna, matrona en el hospital de Omdurman, también respaldado por el UNFPA, explica: “Trajimos al hospital a una mujer con complicaciones en el parto. El médico realizó una cesárea y nos informó de que esa sería la última cirugía que podría llevar a cabo porque se había acabado el suministro de combustible”.
Las necesidades de salud y protección para las mujeres y las niñas son alarmantemente altas
Desde que empezó el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, más de 1,2 millones de personas han sido desplazadas en un país que ya estaba en situación de pobreza, y cientos de miles han huido a países fronterizos. La mayoría tienen un acceso limitado o inexistente a la sanidad, el agua o los suministros básicos.
En mayo, el UNFPA y su asociado local, la CAFA Development Organization, proporcionaron combustible a siete hospitales maternos en Jartum para garantizar que las mujeres, las niñas y los recién nacidos tenían acceso a servicios de salud vitales. En apenas una semana, se realizaron de forma segura más de 1.000 partos y cesáreas, pero se necesita más apoyo para asegurar el combustible y los suministros; en caso contrario, los hospitales más importantes no podrán mantener sus servicios básicos.
A día de hoy, hay más de 260.000 mujeres embarazadas, de las cuales se calcula que 90.000 darán a luz en los próximos tres meses, rodeadas por la violencia, el miedo y el caos. Todas ellas necesitan acceso inmediato a servicios de salud reproductiva.
Lo mismo se puede decir de más de 4 millones de mujeres y niñas que se ven envueltas en el conflicto o huyen de la violencia, y que están en riesgo grave de abuso y explotación sexual. Las que se encuentran en asentamientos temporales y superpoblados, y durmiendo a la intemperie, son especialmente vulnerables.
Asegurar los servicios esenciales
El último Plan de Respuesta Humanitaria para el Sudán tiene el objetivo de asistir a 24,7 millones de personas, un aumento del 57% en comparación con el inicio de 2023. Unos 11 millones de personas necesitan asistencia sanitaria de forma urgente, lo que incluye a más de 2,6 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva que apenas han contado con apoyo durante el embarazo, o respecto a la anticoncepción, el tratamiento de infecciones de transmisión sexual o los servicios de respuesta a la violencia sexual, que aumenta a medida que empeora la crisis.
Alrededor de 27.000 matronas del Sudán que han recibido capacitación y apoyo del UNFPA ponen en peligro sus propias vidas acudiendo a los hogares de las mujeres embarazadas para asegurar que tienen un parto seguro y que cuentan con cuidados vitales. Las matronas también están recibiendo capacitación sobre gestión clínica en casos de violación, para facilitar el acceso a los servicios en las zonas afectadas por el conflicto, donde se sabe que más de dos tercios de los establecimientos de salud no están en funcionamiento; existen informes preocupantes sobre muertes de recién nacidos debidas a la falta de oxígeno durante los cortes de electricidad.
El UNFPA planea distribuir 10 toneladas de suministros vitales de salud sexual y reproductiva a los hospitales y establecimientos sanitarios en todo el Sudán, lo que puede contribuir a la seguridad de 11.000 partos, 2.000 cesáreas y 5.800 urgencias de salud reproductiva. Las instalaciones eléctricas solares puestas a prueba por el UNFPA en distintos hospitales del Sudán el año pasado podrían expandirse a los centros sanitarios de Jartum; de este modo se podría asegurar un suministro constante de electricidad en las áreas de maternidad, los quirófanos, los bancos de sangre y las cámaras frigoríficas, las incubadoras y los establecimientos de almacenamiento médico, entre otros.