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Las mujeres toman la iniciativa con un nuevo centro de asesoramiento y apoyo en Palestina
- 02 Junio 2022
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ISSAWIYAH, PALESTINA– “Nuestro centro es el primero de este tipo en esta pequeña comunidad”, adelantó Ikhlas, de 38 años, en un centro de mujeres recientemente establecido en Issawiyah, un suburbio de Jerusalén oriental. El centro es único no sólo por ofrecer asesoramiento a sobrevivientes de violencia de género en la zona, sino también porque está dirigido por mujeres.
Dado que Jerusalén oriental está bajo pleno control israelí, las autoridades palestinas no pueden proporcionar servicios sociales esenciales a las y los palestinos que viven allí. Las organizaciones comunitarias estaban cubriendo esas necesidades, pero se trata de organizaciones dirigidas principalmente por hombres. Esto hacía que algunas sobrevivientes de violencia de género, y las mujeres y niñas en general, fueran renuentes a visitar dichas organizaciones en busca de asistencia,
pero ahora un grupo de mujeres se ha unido para cambiar eso.
Allanar el camino
Las mujeres son miembros de la One Hand Society, una organización comunitaria en Issawiyah que capacita a asesoras y proveedoras de servicios para atender las necesidades especializadas de las sobrevivientes de la violencia de género y aumentar la participación de la comunidad en el manejo de estos temas delicados.
Las propias mujeres habían participado en un programa de capacitación conexo por conducto de la One Hand Society y la Red Hemaya, creada por el UNFPA en cooperación con la Asociación Palestina de Planificación y Protección de la Familia e integrada por 15 organizaciones de protección.
Motivadas por lo que habían aprendido, siete mujeres se reunieron a principios de este año para establecer un nuevo espacio, esta vez sólo para mujeres. Con financiación del UNFPA y apoyo del Centro Palestino de Asesoramiento (PCC), miembro de la Red Hemaya, que también ha proporcionado capacitación a la One Hand Society, presentaron el nuevo centro.
“El comienzo siempre es un desafío, pero estos desafíos se convertirán en nuestros éxitos futuros”, declaró Sana, de 35 años, una de las fundadoras del centro sólo para mujeres.
En este caso, los desafíos que enfrentaron allanaron el camino hacia el futuro de las mujeres. Su primera tarea fue llevar a cabo una evaluación de las necesidades de la comunidad, lo que reveló que las mujeres locales a menudo se sienten incómodas expresándose en los espacios existentes dirigidos por hombres. Esos espacios proporcionan servicios a la comunidad en general, no sólo a las mujeres. Cuando las mujeres querían abordar cuestiones delicadas, como el abuso doméstico, la violencia psicológica o asuntos de salud sexual, sus preocupaciones a menudo se encontraban con una intimidante falta de privacidad o de experiencia.
Apoyo significativo
Aproximadamente el 29 % de las mujeres palestinas que están o han estado casadas han sufrido algún tipo de abuso, según una encuesta de 2019.
Parte de esto puede atribuirse al alto grado de inestabilidad en el país: se sabe que la violencia basada en el género aumenta en situaciones de crisis, en que se quebrantan los mecanismos de protección y se intensifican los factores estresantes, como el conflicto y la pobreza. En particular, Issawiyah ha sufrido importantes eventos de alto estrés, como demoliciones de casas, detenciones, restricciones de movimiento y la pandemia de COVID-19, lo que ha dejado a las mujeres en un riesgo mayor.
Sin embargo, la violencia de género no fue el único problema identificado en la evaluación. En el ejercicio también se puso de relieve la falta de un espacio dedicado a buscar asistencia en la comunidad y a mejorar la igualdad entre los géneros y las oportunidades de que disponen en general las mujeres y las niñas.
Cuando Ikhlas y sus colegas se acercaron a los jefes de otras organizaciones comunitarias para establecer un centro dirigido por mujeres y para ellas, recibieron un apoyo significativo. Con ese respaldo abrieron el nuevo centro para mujeres, que ofrece una amplia gama de servicios, entre ellos sesiones de sensibilización, talleres de empoderamiento, apoyo psicosocial y referencias a otros servicios. Sana, por ejemplo, está organizando actualmente 20 sesiones sobre género, derechos de las mujeres y violencia de género.
“Nuestro centro es un mundo pequeño que las mujeres pueden visitar a cualquier hora del día”, explicó Ikhlas.
El éxito de sus esfuerzos también ha motivado a otras mujeres. “Esperamos repetir esta iniciativa en otras comunidades de Jerusalén oriental, donde más se necesita”, manifestó Dima Tadros, coordinadora del proyecto del Centro Palestino de Asesoramiento.
El UNFPA apoya a las mujeres y las niñas en Palestina garantizando el acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, y en tal esfuerzo sirvió a más de 350.000 personas sólo en 2020. Sus amplios programas de prevención, protección y asesoramiento en torno a la violencia de género prestaron asistencia a casi 45.000 sobrevivientes y a quienes corren el riesgo de sufrir abusos, además de que se seguirán desplegando iniciativas dirigidas por mujeres en todo el territorio para apoyar la salud, los derechos y la dignidad de las mujeres y las niñas. Muchos de estos esfuerzos, incluidos los espacios dirigidos por mujeres, se han hecho realidad con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación para el Desarrollo, en cooperación con la Asociación Palestina de Planificación y Protección de la Familia y la Red Hemaya de Jerusalén.