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Las mujeres dan a luz en la carretera y bajo fuego mientras la catástrofe se apodera del estado de Aj Jazirah en Sudán
- 12 Diciembre 2024
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AJ JAZIRAH STATE, Sudán – Este fue el quinto parto por cesárea de Amina, pero el primero sobre el piso de la casa de un desconocido. “Tuve que empezar a caminar de nuevo seis horas más tarde, cargando a mi bebé con mis heridas aún frescas y dolorosas”, relató al UNFPA, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva.
A los nueve meses de embarazo, la madre de cinco hijos, de 27 años, había huido de su casa en el estado de Aj Jazirah cuando estalló la violencia a su alrededor. Llegó a pie a un pueblo vecino, pero el dolor era demasiado intenso para continuar.
Por suerte, un médico local había difundido la noticia de que cualquier mujer en labor de parto en la zona debía ir a su casa, donde estaba ayudando en los partos, incluso con solo el equipo más básico. En solo un día apoyó 21 partos, incluidas cesáreas como la de Amina, quien
después de su operación se sentía débil, y estaba hambrienta y en agonía. “Pero el tiroteo era tan aterrador que encontré la fuerza para salir del pueblo”, dijo.
“Algunos hombres me vieron caminando y me ofrecieron lugar en una carreta tirada por un burro. Me quedé en ese carrito durante días hasta que llegué a Gedaref, donde inmediatamente me llevaron al hospital”.
El Hospital de Maternidad de Gedaref cuenta con el apoyo del UNFPA con suministros esenciales de salud reproductiva, así como con un sistema de energía solar para que la atención vital pueda continuar si fallan las fuentes de electricidad.
“Las mujeres que nos ayudan aquí son muy amables”, comentó Amina al referirse a las trabajadoras de la salud. “Hablaron conmigo durante horas y me proporcionaron una bolsa llena de suministros de higiene, cuidaron hasta los detalles más pequeños, lo que significaba mucho para mí”.
También estaba agradecida del hombre que trajo al mundo a su hijo. “No sé qué pasó con el médico que nos salvó a mí y a mi bebé. Algunos dicen que logró escapar, otros dijeron que fue capturado. Espero que esté a salvo”.
Parto en la huida
Más de 390.000 personas han huido del estado de Aj Jazirah desde que se intensificaron los combates el 20 de octubre. La mayoría llegó a los estados vecinos de Gedaref y Kassala, donde el UNFPA y sus asociados están trabajando para proporcionar asistencia de emergencia. La mayoría de los desplazados caminaron durante días, y muchos están durmiendo al aire libre, incluyendo mujeres, niñas, ancianos y enfermos.
La partera Awatef también se vio obligada a huir de Aj Jazirah y ahora se encuentra en un campo de desplazados en Gedaref. “Ayudé a dar a luz a cuatro mujeres en el camino hacia aquí”, dijo al UNFPA. “Dieron a luz en el monte, con solo una esterilización muy básica: no tenía nada más que agua y jabón”.
“Una de las mujeres fue mordida por un escorpión durante la labor de parto; fue aterrador y extremadamente doloroso para la madre, y también me asustó a mí. Finalmente encontramos un auto y la enviamos al hospital. Afortunadamente, ahora está sana”.
Las condiciones para cerca de 5,8 millones de mujeres y niñas desarraigadas por la crisis en Sudán son peligrosas, sobre todo para las 270.000 embarazadas. Hay informes de mujeres que mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto debido a la falta de atención médica, medicamentos y cortes de energía, mientras que el hambre, la malnutrición y un brote de cólera están poniendo aún más en peligro sus vidas.
Alaa Faisal huyó de su casa en Jartum con sus tres hijos y ahora se encuentra refugiada en un campamento en el estado de Gedaref. “El transporte era muy caro, nos llevó tres días llegar aquí”, dijo al UNFPA.
“Solo recibimos una comida al día: muchos niños sufren desnutrición y, lamentablemente, algunos han muerto. Hay muchas enfermedades en este lugar, como el dengue. Los niños necesitan desesperadamente comida, y hace mucho frío”.
Sabreen Abdulrahman, madre de cuatro hijos, dejó su casa en Jartum y ha sido desplazada varias veces en su camino a Gedaref, un viaje que tardaría días, todo a pie. “Estoy embarazada de nueve meses y tengo miedo de la cirugía”, admitió al UNFPA.
“Después de dar a luz, me preocupa el frío y no tener un lugar adecuado para poner a mi bebé. No tenemos casa; dormimos en el suelo. Una clínica móvil nos visitó, me examinó y me realizó un ultrasonido. Me trataron amablemente. Necesitaba pastillas para la ictericia que no tenían en ese momento, pero fueron a la ciudad y me las trajeron”.
El UNFPA sobre el terreno
A pesar de las condiciones peligrosas, el UNFPA sigue prestando servicios siempre que sea posible. Esto incluye garantizar la atención obstétrica y neonatal de emergencia y proporcionar suministros esenciales de salud reproductiva a los centros de los estados de AJ Jazirah, Gedaref y Kassala.
El UNFPA también está desplegando equipos itinerantes de parteras y personal médico en todo Sudán, especialmente en zonas de gran necesidad y donde el acceso a los servicios de salud y protección es limitado. Hay suministros listos para su distribución para cesáreas, transfusiones de sangre y para el tratamiento clínico de violaciones e infecciones de transmisión sexual. Otros centros de salud clave, como los hospitales de Kassala, Khashm El Girba y New Half, reciben apoyo con suministros, rehabilitación y capacitación del personal médico.
Con la ayuda de los kits de parto limpio del UNFPA, la partera Awatef está prestando atención prenatal y posnatal a otras mujeres desplazadas y ha sido contratada como parte de un equipo móvil de salud apoyado por el UNFPA.
“He empezado a traer al mundo bebés en el campamento, justo ayer asistí a una mujer joven que hoy está bien”.