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En las zonas remotas de Pakistán, las parteras garantizan la atención más allá del parto seguro
- 22 Diciembre 2021
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KARACHI, Pakistán – Durante la pandemia, Seema, de 24 años, se trasladó a Koohi Goth, un barrio marginado en las afueras de la mayor ciudad Pakistán, para estar más cerca de sus padres.
Tenía tres hijas, la más joven de las cuales murió aún recién nacida debido a la falta de servicios neonatales en su antiguo barrio de la ciudad de Karachi, a pocos kilómetros de Rehri Goth, aunada a una limitada atención prenatal para hacer frente a las complicaciones del embarazo.
Ahora está embarazada de nuevo, pero esta vez comenzó a visitar la unidad de cuidados dirigida por parteras en el Hospital de Koohi Goth, donde recibe chequeos regulares de manera gratuita.
Los indicadores de salud reproductiva, materna, neonatal e infantil siguen siendo deficientes en Pakistán. La procreación precoz y la falta de conciencia ponen a las mujeres en riesgo mortal. En las zonas remotas, los servicios de salud son escasos y la mayoría de los partos son atendidos por parteras no calificadas, lo que agrava aún más el riesgo de mortalidad maternoinfantil. Según la Encuesta de Mortalidad Materna de Pakistán de 2019, la tasa de mortalidad materna era de 186 muertes por 100.000 nacidos vivos. (El número es mayor en las zonas rurales que en las zonas urbanas.)
A medida que otros hospitales cerraban debido a las restricciones relacionadas con la COVID-19, las puertas del Hospital de Koohi Goth permanecían abiertas a un número creciente de visitantes. Diariamente, casi 500 mujeres visitan el departamento de pacientes ambulatorias del centro y, en promedio, cinco bebés nacen de manera segura. “Cientos de mujeres visitan el centro todos los días. A veces me siento cansada, pero estas mujeres nos necesitan”, afirma Noor, la partera principal del centro, entre cuyas pacientes se cuenta Seema. “Cuando las ayudamos, se nos olvida nuestro dolor”.
Las parteras provienen de las comunidades más desatendidas de todo Pakistán, entre ellas Sindh, Gilgit-Baltistán y Khyber Pakhtunkhwa. El UNFPA les ofrece capacitación de actualización, así como cursos basados en Internet para mejorar y ampliar sus conocimientos. Del mismo modo, el UNFPA colabora con los gobiernos locales para movilizarlas en zonas remotas a fin de que formen parte de las Unidades de Salud Básica, la principal forma en que las personas tienen acceso a la atención primaria de salud.
El UNFPA también está colaborando con el Foro Nacional del Pakistán para la Salud de las Mujeres, entidad pionera en servicios de partería y prevención y tratamiento de la fístula obstétrica, para crear otras tres unidades de atención dirigidas por parteras dentro de los hospitales de la provincia de Sindh. Las parteras de estas unidades manejan embarazos de bajo riesgo, proporcionan asesoramiento en planificación familiar y realizan chequeos prenatales y postnatales, mientras remiten los casos más complicados a obstetras/ginecólogos.
Neelum es una partera en Keti Bandar, una remota aldea de pescadores en el antiguo puerto en el distrito de Thatta, a 150 kilómetros de Karachi. El asesoramiento, la información y los servicios de planificación familiar “son esenciales y salvan vidas, teniendo en cuenta las altas tendencias de fecundidad en las comunidades costeras y el corto espaciamiento de los nacimientos, que muchas veces lleva a complicaciones del embarazo”, indicó.
Cuando las pacientes les dicen a las parteras que sus maridos y suegras las presionan para que no usen anticonceptivos, las parteras invitan a los maridos a aprender sobre las consecuencias de los embarazos repetidos. “El uso de anticonceptivos reversibles de acción prolongada está aumentando en estos tiempos”, aseguró Neelum, quien también hace visitas a domicilio. “También estamos llevando anticonceptivos masculinos a las comunidades”.
Existe una enorme necesidad de desarrollar un equipo de parteras para asegurar que las mujeres de las comunidades remotas reciban atención y servicios. El UNFPA, con el apoyo de Johnson & Johnson y otros socios, está trabajando con las autoridades sanitarias federales y provinciales para elevar el nivel de formación y servicios de partería en Pakistán.
Seema, que dio a luz a sus primeras hijas a los 17 años en casa, admitió que su suegra “ora por mi vida porque la vida de una madre es importante para los niños pequeños”.