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“Me da esperanza”: El impacto de la cobertura sanitaria universal para las y los refugiados afganos en Irán
- 15 de mayo de 2024
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MASHHAD, República Islámica del Irán –“Mi madre necesita urgentemente una cirugía ocular, pero el costo del tratamiento supera nuestros medios”, adelantó Zahra*, refugiada de Afganistán. “Tanto mi hermana como yo trabajamos arduamente para mantener a nuestra familia, pero apenas logramos cubrir nuestras necesidades básicas”.
Durante varias décadas, millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en Afganistán debido a la inestabilidad política y económica del país, los reiterados brotes de conflicto y, tras la ascensión al poder de los talibanes en 2021, las drásticas restricciones a los derechos de las mujeres y las niñas. Zahra es una de ellas; salió de Afganistán en 1979 para ir a la República Islámica del Irán, que durante más de cuatro décadas ha acogido a una de las poblaciones de refugiados más grandes del mundo.
Los refugiados en todas partes, especialmente las mujeres y las niñas, tienen problemas de salud particulares. En la República Islámica del Irán, las refugiadas afganas tienen más altas tasas de complicaciones durante el embarazo, y muchas enfrentan dificultades para recibir cualquier tipo de atención de la salud reproductiva.
Durante los últimos diez años se ha ampliado un programa iraní de seguro médico universal para permitir que las y los refugiados también tengan acceso a atención médica, gratuita o a un costo reducido, pero muchas mujeres y niñas todavía no logran acceder a esta cobertura.
“Todos los días, nos encontramos con muchas personas que encaran problemas económicos y no pueden pagar los tratamientos necesarios”, advirtió Fatemeh*, una trabajadora de salud comunitaria en la provincia de Golestán, al UNFPA, el organismo de salud reproductiva de las Naciones Unidas. “Deben priorizar sus necesidades básicas por encima de su salud”.
Ofreciendo apoyo a través del seguro de salud
Desde 2015, un acuerdo entre el ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Ministerio del Interior del Irán y el Ministerio de Salud y Educación Médica ha permitido a las y los refugiados registrados acceder al plan nacional de seguro de salud, que abarca más de 1.000 hospitales públicos y una serie de centros privados.
Esto no solo ayuda a las personas a cuidar de manera más confiable su propio bienestar y el de su familia, sino que apoya los esfuerzos hacia la inclusión, el registro y la reducción de los mecanismos perjudiciales para hacer frente a las dificultades, por ejemplo, la pérdida de la atención médica debido a limitaciones económicas.
En los últimos meses, el UNFPA ha comenzado a proporcionar vales en efectivo para ayudar a cubrir los costos de las primas de seguro médico de las afganas vulnerables, como las jefas de familia, las embarazadas y las refugiadas con enfermedades crónicas.
Para la madre de Zahra, los vales son una herramienta para cerrar la brecha entre el cuidado básico de la vista y la cirugía especializada que necesita. “Tener seguro médico [es] un salvavidas para mi madre, pues la rescata de la amenaza de la ceguera total”, explicó Zahra al UNFPA.
Los vales también tienen por objeto alentar a más mujeres a visitar a los proveedores de salud para recibir atención prenatal.
“En solo una semana, espero dar a luz”, dijo Raziyeh* al UNFPA. “Esta ayuda me ofrece apoyo muy necesario durante un momento crítico”.
Esperanza y paz
Hasta la fecha, el programa ha entregado cerca de 3.500 vales en efectivo a afganas refugiadas en la República Islámica del Irán.
Aunque el desplazamiento puede generar incertidumbre, poder buscar y recibir atención médica, incluso mientras se encuentra en tránsito o en un alojamiento temporal, puede ser una fuente importante de comodidad. “Me da esperanza y una sensación de paz mental saber que tengo algo de ayuda para navegar los desafíos que estoy enfrentando”, dijo Raziyeh.
“Cuando entregamos las tarjetas de efectivo para el seguro de salud, las sonrisas de las y los beneficiarios nos dieron gran alivio”, agregó Fatemah. “Fue gratificante saber que podíamos brindarles el apoyo que necesitaban y lograr un impacto positivo en sus vidas”.
* Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección
Este artículo es parte de una serie de historias que ilustran los avances logrados desde la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, que se comprometió a garantizar la igualdad de género y el derecho a la salud sexual y reproductiva para todas y todos. Descubra más.