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Defendiendo la salud y los derechos sexuales y reproductivos en Egipto
- 28 Julio 2022
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MENUFIYA, Egipto – «El pueblo es muy conservador, así que ganarnos su confianza fue un reto», dice Salma Abdel Moneim, una trabajadora de salud reproductiva en Menufiya, al norte de Egipto.
A través de un grupo de sensibilización de la población respaldado por el UNFPA, la Sra. Moneim asesora a los jóvenes en su pueblo sobre temas esenciales, aunque delicados, que abarcan la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, la elección de métodos anticonceptivos y la igualdad de género. Se anima a los jóvenes miembros del grupo a hablar abiertamente sobre estos temas, a menudo incomprendidos, utilizando la educación, la música, el teatro interactivo, los deportes y el arte como plataformas.
Sin embargo, la Sra. Moneim explica que para muchos miembros de su comunidad al principio fue difícil confiar en los argumentos sobre salud reproductiva con los que no estaban de acuerdo, en particular la idea de que la mutilación genital femenina y el acoso sexual son dañinos y discriminatorios.
A pesar de que los datos son escasos en lo que concierne a las tasas reales de mutilación genital femenina en Egipto ⸺en parte porque es ilegal y suele llevarse a cabo en secreto⸺ las últimas estimaciones disponibles indican que más del 90 por ciento de mujeres y niñas sufren algún tipo de mutilación y, de forma alarmante, 2,5 millones manifestaron ser objeto de acoso sexual.
Con el objetivo de generar un debate más amplio y con la esperanza de atraer a más jóvenes de su pueblo, la Sra. Moneim pidió ayuda a algunos de los líderes de su comunidad. «La gente confía en ellos y les respeta», afirma. «Explicamos los temas que queríamos tratar y cómo abordar los problemas a los que se enfrentan las mujeres y niñas en nuestra comunidad».
Una líder accedió a unirse a las sesiones de sensibilización y trajo consigo a algunas niñas del pueblo. Esas niñas comenzaron entonces a llevar a sus madres. Basma Walid, de 21 años, conoció el grupo a través de familiares.
«Aprendí de temas sobre los que sabía poco, como la salud de los adolescentes y los daños del matrimonio infantil», cuenta la Sra. Walid. «Las madres que acudieron con nosotras también aprendieron mucho sobre cómo lidiar con sus hijos adolescentes. Corrió la voz y cada vez se unieron más personas».
Establecer alianzas para romper el silencio
En una iniciativa conjunta entre el UNFPA y el Ministerio de Salud y Deporte en Egipto, unos 400 grupos de sensibilización de la población se han establecido en todo Egipto para informar y empoderar a los jóvenes acerca de su salud y derechos sexuales y reproductivos. Los temas que abarcan ⸺aunque a veces polémicos⸺ suscitan cada vez más interés. «Comenzamos únicamente con tres personas en una sesión, ahora tenemos a más de 30 personas», declara la Sra. Moneim.
Estos grupos abordan los obstáculos que las mujeres y niñas enfrentan al acceder a servicios sanitarios de calidad y desafían las normas y actitudes sociales dañinas, como el acoso sexual que sufren a diario. Tal y como la Sra. Moniem recuerda, «debatíamos sobre si cómo va vestida una mujer justifica el acoso. Los participantes lo debatían entre ellos, hasta que llegaron a la conclusión de que la ropa de una mujer es irrelevante».
Los grupos han construido gradualmente un puente de confianza con las comunidades en las que se establecen. «Hablamos su idioma y compartimos sus problemas», afirma la Sra. Moniem. «Yo no les decía qué tenían que hacer, solo les proporcionaba la información que necesitaban para tomar sus propias decisiones».
El apoyo universal del UNFPA
El UNFPA lleva trabajando en Egipto más de 50 años, peleando para ampliar el acceso a los servicios de salud reproductiva y sexual, reducir las muertes maternas y desafiar las actitudes dañinas hacia las mujeres y niñas.
En 2021, se llegó a casi 1,3 millones de mujeres y niñas en Egipto a través de los programas del UNFPA de protección, prevención y recuperación de la mutilación genital femenina. También se protegió a más de 11.000 niñas de matrimonios forzados o precoces y 67 comunidades pusieron en marcha plataformas para incentivar e informar sobre los peligros de las prácticas y normas sociales discriminatorias por razón de género.
Con este fin, los grupos de sensibilización de la población también involucran a hombres y niños en los debates sobre igualdad de género y asuntos de salud reproductiva, que de otra manera puede que no considerasen relevantes para ellos. «Al principio eran reticentes a escuchar u oír esta información de boca de una mujer», asegura la Sra. Moneim. «Pero finalmente gané su confianza hablándoles, por ejemplo, sobre mi propio hermano para que comprendiesen que me podía relacionar con ellos».
La Sra. Walid añade que comparte su propio conocimiento sobre salud reproductiva para ayudar a otros en su comunidad: «Aconsejo a mi tía sobre cómo debe hablar con su hijo adolescente. Siempre que surge un tema sobre el que aprendí, ahora sé qué decir».