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Con financiación insuficiente y pasadas por alto: las crisis olvidadas en el radar del UNFPA en 2025
- 16 Enero 2025
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NACIONES UNIDAS, Nueva York – Mientras el mundo recibe un nuevo año, las emergencias humanitarias en varios países compiten por la atención, y por los fondos. En 2024, las operaciones de respuesta humanitaria del UNFPA recibieron apenas un 42 % de la financiación total, lo que plantea amenazas críticas para la salud y los derechos de millones de mujeres y niñas.
Sin recursos suficientes, el UNFPA no puede desplegar parteras donde más se necesitan, los refugios para sobrevivientes de violencia de género se ven obligados a cerrar y las mujeres y las niñas pierden acceso a suministros y servicios de salud esenciales. Todo esto ya está ocurriendo en algunas de las emergencias más apremiantes, pero con menos apoyo, en todo el mundo y.
sin embargo, las perspectivas de financiación para 2025 no son nada prometedoras. La cooperación mundial está cada vez más amenazada, y aumenta la brecha entre las necesidades humanitarias y la financiación para cubrirlas. En particular, las necesidades específicas de las mujeres y las niñas a menudo se pasan por alto en la respuesta humanitaria, como la violencia de género, que es uno de los sectores cuya financiación es más insuficiente.
Los costos de la inacción serán enormes. Ya sabemos que la mayoría de las muertes maternas tienen lugar en contextos frágiles. Las mujeres en situaciones de crisis también sufren el doble de la tasa de violencia de género (70 %), y las adolescentes tienen un 90 % más de probabilidades de no asistir a la escuela en comparación con las que no están en situaciones de crisis.
No obstante, estos resultados no son inevitables. Son decisiones tomadas por los gobiernos, los donantes y la sociedad civil, entre otros. En 2025, el UNFPA y sus aliados dan la alarma de que las mujeres y las niñas corren mayor riesgo cuando sus derechos reproductivos, su seguridad y su humanidad se mantienen en la sombra.
A continuación destacamos algunas de las crisis con mayor insuficiencia de recursos para las mujeres en el mundo.
Camerún está luchando contra el desplazamiento interno masivo provocado por las repetidas emergencias climáticas y la violencia por parte de grupos armados, así como una importante afluencia de refugiados de países vecinos. El UNFPA está trabajando para cubrir las necesidades crecientes de unos 3,4 millones de personas e invirtiendo en infraestructura sanitaria resistente al clima.
Esto ayuda a apoyar a mujeres como Aicha*, que después de huir de inundaciones masivas mientras estaba embarazada y ya desplazada por la violencia, dijo al UNFPA: “Sentía mucho miedo por el bebé en mi vientre y por mí misma”.
En cifras: para 2025 el UNFPA está pidiendo 9 millones de dólares para Camerún. El llamamiento del año pasado fue financiado en menos de una tercera parte, lo que significa que el UNFPA no pudo llegar a más de la mitad de las personas que necesitaban sus servicios, y no pudo apoyar 36 centros de atención primaria de la salud y 20 espacios seguros.
Los conflictos, las emergencias climáticas y los desplazamientos están impulsando la crisis en Chad, y desde que estalló la guerra en Sudán, Chad ha visto la mayor llegada de refugiados de su historia, con condiciones insalubres y peligrosas en numerosos campos de desplazados hacinados. Dado que millones de mujeres y niñas carecen de acceso adecuado a servicios de atención de la salud sexual y reproductiva y de protección, la profunda falta de financiación para la respuesta humanitaria no hace más que empeorar la situación.
En cifras: las necesidades del UNFPA para 2025 ascienden a 27,8 millones de dólares. El año pasado solo se financió una tercera parte del total. Esto significó que la organización no pudo llegar a más de 77.000 personas con los servicios de salud sexual y reproductiva que necesitaban, 50.000 mujeres y niñas no pudieron acceder a apoyo contra la violencia de género y unos 111 centros de atención primaria de la salud ya no recibieron apoyo.
En Haití, los sistemas de salud con financiación insuficiente, afectados por la inestabilidad política, la violencia y los desastres climáticos, han provocado un aumento de las tasas de muerte de mujeres durante el embarazo y el parto. Más de 700.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en 2024, y los informes de violencia sexual han aumentado drásticamente. Sin embargo, solo una de cada cuatro sobrevivientes puede recibir atención dentro del período crítico de 72 horas. Como un médico dijo al UNFPA, "desde el aumento de los ataques de pandillas, notamos una alta tasa de embarazos precoces, que se originan particularmente en los lugares de alojamiento".
En cifras: las necesidades del UNFPA para 2025 en Haití ascienden a 28,9 millones de dólares. En 2024 se financió menos del 20 % del llamamiento, lo que significa que más de 930.000 personas no tuvieron acceso a las intervenciones del UNFPA.
Después de que el ciclón Chido atravesara Mozambique en diciembre de 2024, Cecília Wachave, de Cabo Delgado, de 45 años y madre de dos hijas, dijo al UNFPA: “Ojalá no anochezca, porque no sé qué podría pasar mientras dormimos bajo el árbol sin luz”. El ciclón fue el último de una serie de desastres climáticos que asolaron al país, además del resurgimiento del conflicto armado, el hambre y el desplazamiento generalizado.
En cifras: las necesidades del UNFPA para 2025 en Mozambique ascienden a 16 millones de dólares. En 2024 sólo se financió el 11 % del llamamiento, lo que provocó el cierre de casi la mitad de los 22 espacios seguros del UNFPA.
La escalada de los conflictos y las perturbaciones climáticas están aumentando las necesidades humanitarias en Myanmar, donde más de 3,4 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en todo el país. Aproximadamente 8,7 millones de personas necesitan servicios de respuesta a la violencia de género, pero la grave falta de financiación y la infraestructura sanitaria dañada han obstaculizado los esfuerzos de apoyo y han reducido la posibilidad de las mujeres y las niñas de acceder a la atención vital. Esto incluye a nuevas madres como Nan Nwe, quien después de perder su hogar por el ciclón Mocha, en el estado de Rakhine, dijo al UNFPA, que necesitaban "más servicios e instalaciones de salud en funcionamiento. Quiero que mi bebé esté seguro; es todo lo que necesito”.
En cifras: para 2025 el UNFPA solicita 39,4 millones de dólares para su trabajo en Myanmar, una respuesta humanitaria que el año pasado solo recibió un 22 % de financiación necesaria.
En la República Democrática del Congo ocurren sistemáticamente secuestros, violaciones y explotación contra mujeres y niñas como forma de aplicar el terror. En 2024, 7,7 millones de personas necesitaban protección contra la violencia de género, ya que los lugares de desplazamiento superpoblados ofrecían poca seguridad, e incluso actividades rutinarias, como la recolección de agua y leña, implicaban peligro. Una avería en la infraestructura sanitaria también ha provocado que se disparen las tasas de mortalidad materna: tres mujeres mueren cada hora por complicaciones del embarazo o el parto.
En cifras: para 2025 el UNFPA necesita 40 millones de dólares. En 2024 sólo se financió el 37 % del llamamiento. En consecuencia, de los 2,5 millones de personas que necesitan servicios de salud sexual y reproductiva y de respuesta a la violencia de género urgentemente, se llegó a poco más de 500.000. En las provincias orientales, 100 centros de atención primaria de la salud y 180 espacios seguros ya no recibieron apoyo.
Con 8,8 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares desde que estalló la guerra, en 2023, Sudán es la mayor crisis de desplazamiento interno del mundo. La emergencia ha llevado a más de 9 millones de personas al hambre grave, entre ellas unas 220.000 mujeres embarazadas. El año pasado, el número de personas en riesgo de violencia de género casi se duplicó a más de 12 millones. Para agravar estos riesgos, hasta el 80 % de los centros de salud están cerrados o apenas funcionan, y hay falta crítica de suministros médicos y trabajadores de la salud. En medio de esta crisis, el UNFPA se dedica a llegar a los más necesitados de apoyo, incluso en las zonas menos accesibles.
“Sin el equipo móvil de salud, no sé qué haría”, admitió Fátima*, madre y sobreviviente de violencia sexual al UNFPA. “Son como de la familia”.
En cifras: en 2025 el UNFPA necesita más de 145 millones de dólares para Sudán. En 2024 sólo se recibió el 20 % del llamamiento de 82,9 millones de dólares. Esto significaba que el UNFPA no pudo prestar apoyo a casi la mitad de los 81 centros de atención primaria de la salud seleccionados, 10 de los centros de servicios obstétricos de emergencia y 20 de los 51 equipos móviles.
Sudán del Sur tiene profundas cicatrices de violencia de género tras años de guerra civil, y sigue sufriendo conflictos brutales entre comunidades y normas de género desiguales y perjudiciales, lo que deja a las mujeres y las niñas en alto riesgo de violencia sexual y física. Inundaciones generalizadas en años consecutivos han causado enormes desplazamientos internos, y un gran número de repatriados huye del conflicto en el Sudán para exacerbar una situación humanitaria ya de por sí grave. Cada vez más personas buscan apoyo, pero los servicios están sobrecargados y se agotan los recursos. El UNFPA presta servicios vitales de salud sexual y reproductiva y responde a la violencia de género, a pesar del difícil entorno de operaciones.
En cifras: en 2024 el UNFPA pidió 18,1 millones de dólares para Sudán del Sur, que sólo contaba con un 17 % de la financiación necesaria, por lo cual el UNFPA alcanzó a solo la mitad de la población destinataria y prestó apoyo a solo 7 de los 22 centros de atención primaria de salud.
La inestabilidad económica, la agitación política y la violencia recurrente han cobrado un alto precio para las mujeres y niñas de Venezuela. La violencia de género, los embarazos no planificados debido a anticonceptivos inaccesibles e inasequibles y las dificultades para acceder a la atención médica han aumentado la vulnerabilidad de las mujeres al abuso y la mortalidad materna.
“La última vez que estuve de parto, quedé al borde de la muerte” relató al UNFPA Omaira Opikuko, miembro de la comunidad indígena Yukpa. Para las mujeres y niñas indígenas, los peligros de morir durante el embarazo y el parto a menudo se ven exacerbados por la pobreza y el aislamiento geográfico.
En cifras: para 2025 el UNFPA necesita 28 millones de dólares para continuar sus programas en Venezuela, que el año pasado recibieron apenas una tercera parte de los fondos.
A pesar de estos desafíos sin precedentes, el año pasado el UNFPA equipó a unos 3.500 centros de salud en contextos humanitarios con suministros, personal y fondos para prestar atención vital, mientras que más de 1.600 espacios seguros pudieron ofrecer refugio y recuperación a millones de mujeres y niñas. Esto se debió en gran parte a la financiación recibida por conducto del Fondo Temático Humanitario, el mecanismo específico del UNFPA para responder a las emergencias y canalizar los recursos hacia donde se necesiten con más urgencia.
En 2025, el UNFPA está pidiendo 1,4 mil millones de dólares para seguir llegando a más de 45 millones de mujeres, niñas y jóvenes en 57 países. Con necesidades urgentes crecientes y muchas crisis peligrosamente infrafinanciadas, no podemos dejar que las luces se apaguen para quienes más nos necesitan.