No necesitamos una declaración formal que establezca que todas las personas tienen la misma dignidad y valor, porque debe ser tan innata como incontrovertible. Entre los derechos humanos universales enumerados en el documento figuran el derecho a la vida, la libertad y la seguridad; la igualdad ante la ley; la libertad de persecución; la igualdad de derechos al matrimonio y a la familia; la igualdad de remuneración por igual trabajo; un nivel de vida adecuado que apoye la salud y el bienestar me ntal, así como el derecho a la educación.
Aunque esos derechos son inalienables, son violados repetidamente en todo el mundo, en particular entre los grupos vulnerables y marginados. Quienes luchan son los defensores de los derechos humanos. Cuando se niegan los derechos a una persona, se niegan los derechos de todos.
Cuando las mujeres defienden a los indefensos y dan voz a los que no tienen voz, ponen en peligro sus propios derechos (a la vida, la libertad, la seguridad). Durante estos 16 días de activismo contra la violencia de género, el UNFPA se centra en la seguridad en todos los espacios, incluso en internet, donde las mujeres y las niñas son frecuentemente blanco de acoso en línea. Las mujeres que participan en esferas públicas para el bien de la mayoría (en el activismo y la defensa, en el periodismo y la política) no son inmunes.
Esta violencia tiene por objeto silenciar, atemorizar, intimidar y oprimir a las mujeres y sacarlas de los espacios en que pertenecen. Apoyar los derechos humanos significa apoyar a sus defensoras, porque cuando están bajo ataque, todas y todos lo estamos.
