Nuestro mundo está envejeciendo, lo cual constituye un triunfo del desarrollo.
Las innovaciones en materia de salud y reducción de la pobreza han extendido las vidas de las personas a escala mundial, y hay mucho que celebrar: en muchas culturas, las personas de edad desempeñan papeles sociales críticos, actuando como dirigentes comunitarios y cuidadores, y compartiendo su sabiduría y conocimientos ancestrales con las generaciones más jóvenes. Las personas de 50 años o más, que representan una cuarta parte de la población mundial, también impulsan sustancialmente el crecimiento económico mundial.
Sin embargo, las actitudes discriminatorias a menudo presentan a las personas de edad y su cuidado como una carga. Esta perspectiva debe cambiar para que las sociedades aprovechen el cambio positivo que acompaña al envejecimiento. Teniendo esto en cuenta, el tema del Día Internacional de las Personas de Edad de este año es: “Envejecimiento con dignidad: La importancia de fortalecer los sistemas de atención y apoyo a las personas de edad en todo el mundo”.
Debido en parte al envejecimiento y a la escasez de atención especializada, tendencias mundiales como la migración, el desplazamiento, el cambio climático y los conflictos afectan desproporcionadamente a las personas de edad, dejándolas vulnerables a la exclusión y el descuido. Los niveles sin precedentes de desplazamiento de la población están aumentando el riesgo de que las personas de edad queden rezagadas sin apoyo comunitario o familiar. Las personas de edad también pueden sufrir descuido por parte de los proveedores de salud, lo que se ve agravado por la falta de trabajadores asistenciales, especialmente en el caso de las personas de edad que enfrentan situaciones difíciles, como crisis y conflictos.
Invertir en sistemas sólidos de atención a las personas de edad beneficia a todas y todos: puede estimular el crecimiento económico al crear más puestos de trabajo y oportunidades para los proveedores, al tiempo que garantiza que se cubran las necesidades y se cumplan los derechos de las personas mayores. De hecho, los países demográficamente diversos alcanzarán su potencial cuando las sociedades actúen en el mejor interés de las personas de todas las edades, y cuando las personas jóvenes y mayores se apoyen mutuamente.
Las necesidades de las personas de edad no deben considerarse en competencia con las de las generaciones más jóvenes. Por el contrario, los países y las sociedades deberían estudiar la forma en que las personas jóvenes y las personas de edad pueden beneficiarse del intercambio de información y apoyo sobre distintas cuestiones, incluido el uso de la tecnología, por ejemplo, para empoderar a las personas de edad para que tengan acceso a la medicina a distancia y otros bienes y servicios esenciales.
Los países deben actuar hoy para garantizar que se establezcan sistemas sólidos de apoyo social, incluidos los sistemas de pensiones y de atención de la salud, para las personas mayores del mañana.
El UNFPA apoya enfoques integrados de la atención de la salud mental y física de las personas de edad, incluso mediante el uso de centros de atención, que proporcionan acceso a servicios y oportunidades de socialización adicionales. El UNFPA considera que esta población es parte vital de las economías y las sociedades, no un grupo que haya que descontar.
