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Este San Valentín desmentimos 5 mitos comunes sobre el matrimonio infantil

Una joven sonriente sostiene un cartel que muestra a un grupo de mujeres sentadas sobre una esterilla
«Mis padres querían que me casara a los 13 años, pero yo no estaba preparada», comentó Shwapna, en la foto con su amiga Shantimala en una sesión de información y sensibilización en Teknaf, Cox's Bazar (Bangladesh). © UNFPA Bangladesh/Farjana Sultana
  • 14 Febrero 2025

NACIONES UNIDAS, Nueva York – «Me casaron a los 14 años y perdí a mi primer hijo a los 16 durante el embarazo», declaró Ranu Chakma al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva. El matrimonio infantil es frecuente en Teknaf Upazila, su aldea, situada en la costa sur de Bangladesh, aunque sea ilegal y constituya una violación de los derechos humanos.

En el Día de San Valentín, el UNFPA insta a los países a decirle «no» al matrimonio infantil, una práctica condenada casi universalmente que, sin embargo, sigue estando muy extendida en todo el mundo. En la actualidad, casi una de cada cinco mujeres jóvenes contrajo matrimonio cuando aún era una niña.

A continuación, profundizamos en cinco conceptos erróneos comunes sobre el matrimonio infantil y destacamos la necesidad de actuar a todos los niveles.

Mito 1: Siempre es ilegal

Una madre extiende la mano hacia el rostro de su hija, ambas sonrientes
Farhana Parveen junto a su hija, que participa en un programa de educación en aptitudes para la vida en Bihar, India. El programa pretende fomentar y proteger las aspiraciones de las adolescentes. © UNFPA India 

El matrimonio infantil está prohibido en muchos acuerdos internacionales, desde la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer hasta el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994. Y aún así, hay 640 millones de mujeres y niñas en el mundo que se casaron siendo niñas y cada día se celebran más matrimonios infantiles. 

¿Cómo es eso posible? En principio, muchos países prohíben el matrimonio infantil pero definen la edad permitida para contraer matrimonio por debajo de los 18 años o permiten excepciones con el consentimiento de los padres o en virtud del derecho religioso o consuetudinario. Y, en muchos casos, estos matrimonios, y los matrimonios en general, no están registrados legalmente, lo que dificulta el cumplimiento de la ley.

Pero para abordar el problema del matrimonio infantil hace falta algo más que leyes: es preciso replantearse cómo valora la sociedad a las niñas.

Programas como Taalim-i-Naubalighan, en Bihar, India, donde dos de cada cinco niñas se casan antes de los 18 años, están surtiendo efecto. Estos programas animan a los jóvenes a reflexionar sobre temas como los roles de género y los derechos humanos.

«Por eso pude ayudar a mi hermana», explicó Altamash, un estudiante cuya hermana quería evitar el matrimonio infantil y continuar sus estudios. «Cuando comprendí su deseo y cómo la ayudaría, abogué por ella ante mi padre. Ahora va a terminar sus estudios y estoy muy orgulloso de ella». 

Mito 2: En algunos casos, el matrimonio infantil es necesario

Un grupo de jóvenes estudiantes con uniforme azul levantan la mano sentados en un aula
En Madagascar, las sesiones informativas son fundamentales para cambiar mentalidades y sensibilizar sobre el matrimonio infantil y otras prácticas nocivas. © UNFPA Madagascar. 

El matrimonio infantil sigue estando muy extendido en parte porque se considera una solución a otros problemas. En las crisis humanitarias, suelen aumentar las tasas de matrimonio infantil, ya que los padres creen que el matrimonio asegurará el futuro de sus hijas al hacer que un marido se haga responsable de mantenerlas económicamente y protegerlas de la violencia. El matrimonio infantil se considera una solución que preservará el honor de la niña y de su familia después, o en algunos casos antes, de que quede embarazada. De hecho, en los países en desarrollo, la mayoría de los partos en adolescentes se producen dentro del matrimonio.

Sin embargo, el matrimonio infantil no es una solución real a ninguno de esos problemas. El propio matrimonio infantil provoca que las niñas experimenten altos niveles de violencia sexual, física y emocional por parte de sus parejas. Además, el embarazo es peligroso para las niñas; las complicaciones en el embarazo y el parto son una de las principales causas de muerte entre las adolescentes. Las niñas casadas y las madres adolescentes a menudo se ven obligadas a abandonar la escuela, lo que arruina sus perspectivas de futuro.

Nicolette, de 16 años, vive en Madagascar. Estaba tan acostumbrada a ver cómo sus compañeras dejaban la escuela después de casarse y quedarse embarazadas que nunca pensó en cuestionar esta práctica. Hasta que asistió a una sesión de sensibilización apoyada por el UNFPA. «No sabía que podíamos ser víctimas del matrimonio infantil», afirmó. Pero ahora quiere que todas las niñas de su comunidad lo sepan: «Todo el mundo tiene derecho a hacer realidad sus ambiciones, ¡y el matrimonio es una elección!».

Mito 3: Es un problema que va a desaparecer

Adolescentes y ancianos de una aldea junto a molinillos de semillas con el logotipo del UNFPA
Más de tres cuartas partes de las niñas de Níger se casan siendo aún niñas. © UNFPA Níger

El matrimonio infantil puede parecer un problema del pasado o de lugares lejanos, pero la realidad es que sigue siendo una grave amenaza para las niñas de todo el mundo.

Aunque las tasas mundiales de matrimonio infantil descienden lentamente, los lugares con las tasas más elevadas son también los que registran un mayor crecimiento demográfico, lo que significa que se espera que aumente el número absoluto de matrimonios infantiles. Y el problema es mundial: el mayor número de niñas casadas vive en la región de Asia y el Pacífico, la tasa más alta de matrimonio infantil se observa en África Subsahariana y la falta de avances en América Latina y el Caribe significa que se espera que esta región tenga la segunda mayor prevalencia de matrimonio infantil para 2030. Sin embargo, el problema no se limita a los países en desarrollo: también se produce en países como el Reino Unido y los Estados Unidos.

«Básicamente, me presentaron a alguien por la mañana y me obligaron a casarme con él esa misma noche», contó Sara Tasneem al UNFPA, recordando su matrimonio, primero una unión espiritual informal a los 15 años y luego legalmente a los 16. «Me quedé embarazada enseguida y nos casamos legalmente en Reno, Nevada, donde sólo hacía falta un permiso firmado por mi padre».

Para cambiar esta situación, debemos acelerar nuestras acciones para acabar con el matrimonio infantil, especialmente empoderando a las niñas. «Tenía 13 años cuando mi padre me entregó en matrimonio a un primo», comentó Hadiza, de 16 años, en Níger, al UNFPA. Afortunadamente, tuvo acceso a un espacio seguro a través de un programa para jóvenes apoyado por el UNFPA. «Hablé con un mentor del espacio seguro quien, con la ayuda del jefe de la aldea, negoció con mis padres el aplazamiento de la boda».

Actualmente, Hadiza es aprendiz de sastre y descubre las técnicas para ser económicamente autosuficiente. «Y dentro de tres años pienso casarme con el hombre que amo», afirmó. 

Mito 4: Es una cuestión cultural o religiosa en la que no debemos interferir

Una enfermera mira una hoja de papel con un bolígrafo en la mano derecha
La enfermera Suvannah Sinakaaba atiende a adolescentes embarazadas en la clínica móvil apoyada por el UNFPA en la aldea de Namalyo, Zambia. © UNFPA Zambia/Julien 

El matrimonio infantil se presenta a veces erróneamente como una práctica religiosa o culturalmente obligatoria. Pero no hay ninguna tradición religiosa importante que lo exija. De hecho, los líderes culturales y religiosos de todo el mundo suelen adoptar una postura firme contra el matrimonio infantil, especialmente cuando se les proporcionan pruebas sobre las consecuencias de esta práctica.

«Siempre hemos enseñado a los jóvenes que, tanto religiosa como legalmente, no era aconsejable. También explicamos a esos jóvenes que tienen que cumplir otras tareas, sobre todo en lo relativo a su educación, antes de pensar en formar una familia», declaró al UNFPA en agosto Shirkhan Chobanov, imán de la mezquita Jumah de Tiflis, en Georgia.

El UNFPA colabora con líderes religiosos de todo el mundo que trabajan para acabar con el matrimonio infantil, entre ellos sacerdotes, monjes, monjas e imanes.

«Estamos viendo muy buenos resultados en lo que se refiere a evitar el matrimonio infantil», explicó Gebreegziabher Tiku, sacerdote en Etiopía.

Mito 5: Sólo afecta a niñas

Pancartas moradas y blancas en las que puede leerse «Los hombres caribeños pueden» y «Cuenta tu verdad», animando a la gente a apoyar la igualdad de género
En Trinidad y Tabago, defensores masculinos de la igualdad de género celebraron el fin del matrimonio infantil, pero subrayaron que aún queda mucho por hacer. © UNFPA/Rebecca Zerzan 

Aunque la gran mayoría de los matrimonios infantiles afectan a niñas, los niños también pueden sufrir esta práctica.

En todo el mundo, 115 millones de niños y hombres se casaron antes de los 18 años, según datos de 2019, y los promedios más altos se registraron en América Latina y el Caribe. Estas uniones también están vinculadas a la paternidad precoz, a una educación limitada y a menores oportunidades en la vida.

Aun así, esta práctica afecta de manera desproporcionada a las niñas, ya que alrededor de 1 de cada 5 mujeres jóvenes de entre 20 y 24 años se casaron antes de cumplir 18 años, en comparación con 1 de cada 30 hombres jóvenes. Las tasas de matrimonio infantil entre los niños son muy bajas incluso en países donde el matrimonio infantil entre las niñas es relativamente alto.

Independientemente del género del menor afectado o del país en el que tenga lugar la unión, el matrimonio infantil es una práctica nociva que requiere abordar un conjunto común de causas profundas, entre ellas la desigualdad económica, el acceso limitado a servicios e información sobre salud sexual y reproductiva y factores como los conflictos. Y una de las principales causas profundas, la desigualdad de género, requiere una atención urgente y renovada.

«Aunque hemos abolido el matrimonio infantil, no hemos abolido la masculinidad depredadora», afirmó la Dra. Gabrielle Hosein, directora del Instituto de Estudios de Género y Desarrollo de la Universidad de las Indias Occidentales, en Trinidad y Tabago, poco después de que ese país ilegalizara el matrimonio infantil.

Kevin Liverpool, activista del grupo de defensa CariMAN, comentó que los hombres y los niños tienen un papel fundamental que desempeñar. «Es importante sensibilizar a estos grupos, a estas personas, sobre qué es el feminismo, por qué la igualdad de género es importante para las mujeres, pero también para los hombres y para toda la sociedad», afirmó.

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