-
Le presentamos a Natasha, de 21 años, que el 27 de febrero de 2022 caminó durante 12 horas bajo temperaturas heladas en busca de seguridad, con su hijo de tres años a cuestas. Estaba embarazada de siete meses.
Habían pasado apenas tres días desde el inicio de la invasión rusa a gran escala, y su ciudad natal, Járkov, era un objetivo importante.
Natasha huyó, primero en un tren abarrotado, luego en taxi, antes de dirigirse a pie a la frontera con Moldavia. “A nadie le importaba que estuviera embarazada y con mi hija a cuestas. Sin embargo, no puedo enojarme con quienes no se detuvieron para socorrernos. La mayoría de los autos estaban llenos”.
Llegó a un campamento de refugiados en Moldavia y de allí pasó a un hospital pues necesitaba atención prenatal de emergencia; allí recibió ayuda del UNFPA.
© UNFPA Moldova/Eduard Bîzgu
-
Un año de implacables bombardeos en Ucrania ha causado un terrible sufrimiento humano.
Casi una tercera parte de la población (aproximadamente 14 millones de personas) se ha visto obligada a huir de sus hogares desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala, el 24 de febrero de 2022.
© Un fotograma del documental Lust for Life, sobre las mujeres que han dado a luz durante la guerra.
-
Como los hombres elegibles para el servicio militar deben permanecer en Ucrania, la crisis de los refugiados es, en su mayor parte, una crisis migratoria de mujeres, niñas y niños.
Aquí, el 12 de marzo de 2022, las mujeres que se han despedido de sus maridos, parejas, hijos y otros seres queridos cruzan la frontera con niñas y niños pequeños (envueltos en mantas de aluminio para el viaje) en busca de seguridad al otro lado de la frontera con Moldavia.
El UNFPA proporciona espacios seguros para la protección de las mujeres, las niñas y los niños, así como acceso a servicios esenciales.
© UNFPA/Siegfried Modola
-
En muy poco tiempo se establecieron campamentos de refugiados, incluido este en el Centro Deportivo de Atletismo Manej, en Chisinau, Moldavia, que albergaba a 650 personas mientras se buscaban soluciones a largo plazo.
El UNFPA estaba allí para proporcionar información, suministros y servicios.
© UNFPA Moldova/Eduard Bîzgu
-
Ni los embarazos ni los nacimientos se detienen durante la guerra. Las necesidades de planificación familiar tampoco cesan en medio del conflicto. De hecho, estos servicios se vuelven aún más importantes para que las mujeres puedan dar a luz de forma segura y tomar decisiones sobre su salud reproductiva en medio de la crisis.
Dariya (a la derecha), oriunda de Odesa, recibió atención prenatal en Moldavia.
© UNFPA Moldova/Adriana Bîzgu
-
La Dra. Tetyana Postolovska trabaja en Vinnytsia, en una de las clínicas móviles de reproducción del UNFPA.
En la actualidad hay 20 clínicas móviles en toda Ucrania, que están bien abastecidas de medicamentos, equipos, anticonceptivos y pruebas para el VIH, la hepatitis y las enfermedades de transmisión sexual. Se crearon en abril de 2022 para cubrir las necesidades de los desplazados internos.
“El número de abortos espontáneos ha aumentado entre un 10 y un 15 por ciento en comparación con el período anterior a la guerra”, asegura la Dra. Postolovska, que es ginecóloga-obstetra. “Necesitamos ser lo más accesibles que sea posible para las personas… y cada familia [debería tener] la oportunidad de dar a luz a un niño sano en el momento esperado”.
© UNFPA Ucrania/K. Hryshko
-
En el curso del último año, el UNFPA ha entregado suficientes suministros y equipos de salud reproductiva a hospitales y equipos móviles para cubrir las necesidades inmediatas de salud reproductiva de 7,2 millones de personas.
En esta imagen se aprecia el momento en que, en abril de 2022, llega una entrega humanitaria de kits de salud reproductiva de emergencia del UNFPA a un hospital de maternidad en Dnipro.
© UNFPA Ucrania/Mark Kachuro
-
Valentina, de 29 años, durante el proceso de parto en el Hospital Clínico Municipal de Chisinau n.º 1, en Moldavia, el 1º de marzo de 2022.
Unos días antes, Valentina, que es veterinaria y se encontraba en avanzado estado de embarazo, condujo junto a su madre desde la ciudad ucraniana de Odesa en busca de seguridad. Encontraron refugio con una familia local al otro lado de la frontera.
“Lamento no tener cerca a mi esposo”, se queja, tras señalar que este es su primer hijo. “Planeamos este momento durante mucho tiempo y soñamos que sería distinto”.
© UNFPA Moldova/Eduard Bîzgu
-
En 2021 hubo poco más de 270.000 nacimientos en Ucrania. En 2022, la cifra descendió a 195.000 debido a la guerra y al hecho de que muchas mujeres abandonaron el país. Todas las mujeres, sin importar dónde se encuentren, deben tener acceso a partos seguros.
Artem, el hijo de Nataliia, nació tres meses prematuro. La madre y el niño necesitaron atención en el Centro Perinatal de Kiev, que ha recibido suministros médicos de emergencia del UNFPA.
“Era muy pequeño, [apenas] 1,6 kilogramos; tengo miedo de cargarlo y tomarle la mano porque es frágil y muy pequeño”, se lamenta Nataliia.
© UNFPA/Serhii Tymofieiev
-
La Dra. Olena Samoilenko es jefa del departamento neonatal del Centro Médico Materno Infantil de Kiev.
A pesar de que durante el último año en Ucrania se han registrado ataques contra más de 760 centros de salud, incluidos hospitales de maternidad, la Dra. Samoilenko ha permanecido para proporcionar la atención especializada que necesitan las embarazadas, las nuevas madres y los bebés.
Casi una tercera parte de las 195.000 mujeres que dieron a luz en Ucrania en 2022 lo hicieron en centros de maternidad apoyados por el UNFPA.
© UNFPA/Serhii Tymofieiev
-
Desde partos seguros hasta espacios seguros, el UNFPA trabaja las 24 horas para mantener servicios que salvan las vidas de mujeres y niñas.
En un espacio seguro para mujeres que han sufrido violencia, en Lviv, Ucrania, un sótano se ha convertido en un dormitorio donde se brinda apoyo a las mujeres que necesitan un refugio para protegerse de parejas violentas y aquellas que han sufrido violencia física y sexual a manos de soldados.
Estas mujeres y sus criaturas necesitan apoyo cualificado y sensible para hacer frente a su propia crisis dentro de la gran crisis.
© UNFPA Ucrania/Oleksandr Sorokin
-
A Kateryna la guerra la puso de nuevo en contacto con su exmarido.
“Cuando comenzó la guerra, la gente comenzó a acercarse. Mi exmarido comenzó a visitar a nuestro hijo”, relata. “La violencia volvió a nuestras vidas”.
La ciudad de Kherson estaba bajo control militar ruso en ese momento. “Tenía miedo de salir de la ciudad”, confiesa. “Habíamos fortalecido el sótano, lo habíamos enyesado. Nos preparábamos para pasar el invierno en la ciudad. La crisis que me obligó a huir fue la violencia doméstica”.
Kateryna y sus tres hijos están recibiendo protección y apoyo en un espacio seguro apoyado por el UNFPA.
© UNFPA Ucrania/Volodymyr Ovsychenko y Anastasia Saprykina
-
“El gato con botas” y una historia sobre “Fluffy y Stripey” son algunos de los libros disponibles para niños en el espacio seguro en Lviv.
El UNFPA ha establecido más de 48 centros para sobrevivientes de violencia y mujeres en riesgo en toda Ucrania, incluidos refugios, salas de crisis, una línea telefónica nacional y más de 100 equipos móviles de apoyo.
© UNFPA Ucrania/Oleksandr Sorokin
-
Aunque el UNFPA proporcionó espacios seguros y refugio a miles de personas, sabíamos que muchas otras personas seguían atrapadas en las zonas ocupadas, incluso en Mariupol, donde civiles y soldados se refugiaron en búnkeres subterráneos en la planta de acero de Azovstal durante 80 días.
En mayo de 2022, las y los sobrevivientes evacuaron la planta siderúrgica. En esta imagen se aprecian familias que abandonan la planta y se dirigen a Zaporizhzhia.
El UNFPA estuvo allí para saludar y apoyar a las y los evacuados, y proporcionó cuatro equipos móviles de apoyo psicosocial y 750 paquetes esenciales para ayudar a las mujeres y niñas con necesidades básicas.
© UNFPA Ucrania/Olha Opilat
-
Las iniciativas apoyadas por el UNFPA están ayudando a las personas a lidiar con las cicatrices invisibles de la guerra.
“El arte nos ayuda a todas y todos a lidiar con nuestro dolor, la injusticia de perder amigos y la vida normal”, explica Sabina, de 18 años, que es de Melitpol, una ciudad que sigue bajo ocupación rusa.
Sabina es voluntaria en un centro juvenil en Gratiesti, Moldavia, apoyado por el UNFPA.
“No soy la única que perdió amigos o familiares en la guerra”, dice. “Muchos de los jóvenes refugiados aquí están luchando con el estrés y la depresión”.
© UNFPA/Siegfried Modola
-
La psicóloga Victoria Semko ha regresado a Irpin, y está ayudando a restablecer las conexiones comunitarias.
“Cuando regresé a Irpin por primera vez la visión general era aterradora. Había autos con impactos de bala y tanques quemados en las calles. La ciudad estaba vacía. Absolutamente todo era diferente. Parecía una ciudad fantasma”, recuerda.
“Decidí actuar e inicié un grupo de apoyo psicológico. Después me invitaron a trabajar en los equipos móviles de asistencia sociopsicológica del UNFPA”, afirma Victoria, quien describe el proceso de apoyar a personas que sufren un inmenso dolor psicológico, incluida una mujer que no sabía que la ciudad había vuelto a control ucraniano, ya que había permanecido escondida, traumatizada por las atrocidades que había visto.
“Es sumamente agradable ver cambios positivos en las personas con las que trabajo”, comenta Victoria.
© UNFPA Ucrania/Roman Buchko
-
Una gran boda, una casa junto al mar y un negocio familiar. Esos eran los planes de Anastasiia antes de la guerra.
En marzo de 2022, Anastasiia dejó Berdyansk, ya que en la ciudad ocupada no tenía acceso a la atención médica prenatal que necesitaba.
Dio a luz a niños gemelos en junio de 2022. “Tuvimos que soportar tanto”, recuerda. “Mis hijos han resistido todo. Debemos mantenernos fuertes por su bien. Los niños son nuestro futuro: reemplazan a aquellos que, desafortunadamente, fallecieron”.
En medio del conflicto en curso, el UNFPA sigue invirtiendo en servicios vitales para proteger a las mujeres y las niñas de la violencia, y para garantizar que puedan tomar sus propias decisiones reproductivas, acceder a partos seguros y desarrollar su potencial.
© UNFPA Ucrania/Eugen Hoptynskyi